Editorial – Juventudes, Violencia y Política
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Esta editorial pertenece al foro: Juventudes, Violencia y Política: Ventana de un Perfil Generacional
Visitar el foroEn nuestros foros anteriores hemos abordado diferentes dimensiones del descontento social en Chile. Examinar el rol de la protesta social se mantenía como una deuda de un tema que creíamos era necesario analizar. En eso estábamos cuando ocurrió el estallido de octubre de 2019. Ello nos obligó a poner una pausa. La protesta social pasó a ser tema fundamental del debate público.
Pero en octubre de 2019 no asistimos a una mera expresión más de la protesta social. Un elemento adicional fue la emergencia de la violencia, de diversos tipos y con múltiples interpretaciones. Vemos en la relación entre protesta social y la violencia un tema importante sobre el futuro de nuestras democracias y la lucha política por la igualdad social. No resulta obvia cuál sería la mejor manera de abordar este debate. Por ejemplo, nos parece pertinente la pregunta que enuncia Judith Butler en su último libro (Butler, J. 2020, The force of non-violence): ¿Cómo saber si el uso instrumental de la violencia no acaba modificando el motivo o fin mismo bajo el cual fue invocado?
Quisimos entonces invitar a un destacado filósofo (Martín Hopenhayn) para liderar esta discusión y abordar algunas de estas inquietudes. Martín nos ofreció abordar el tema desde el género ensayístico y nos ha entregado un texto donde incorpora, además, el rol de los jóvenes en la política. En este editorial quisiéramos subrayar al menos tres ideas básicas que hemos querido poner sobre la mesa y que el lector fácilmente notará en los distintos textos que acompañan este foro.
- Disonancias. ¿Cómo entender las demandas de la protesta social y su singular expresión en un contexto de sostenido crecimiento económico que, se suele afirmar, ha traído progreso material en el país a nivel histórico y comparado? Para Hopenhayn una clave son las múltiples disonancias entre el discurso y la sociedad real. Una disonancia importante seria aquella “que pone el éxito del modelo como discurso recurrente y el malestar ciudadano como vivencia dominante”. O aquella entre la difusión del discurso meritocrático como metavalor de la modernización y una realidad vivenciada como condena o violencia estructural.
- Similitudes. Muchos de los componentes de la protesta social chilena no son únicos ni novedosos en nuestro país. En parte hemos querido enfatizar aquello acompañando como imagen una usada por lo jóvenes norteamericanos durante el reciente movimiento conocido como “Black-Lives-Matter”. La juventud que se rebela ante un sistema rígido que ofrece pocos espacios de transformación y que experimenta como algo violento parece ser un elemento común no sólo en Chile, sino en diversas partes del mundo.
- La violencia. Algo singular de Octubre del 2019 y que enfatizan algunos de nuestros comentaristas ha sido el rol de la violencia y su interpretación como medio para “visibilizar el descontento de los marginados”. Para Hopenhayn, frente a las disonancias mencionadas aparece la violencia como expresión de rabia contenida frente a otro tipo de violencia, la institucional o sistémica. Así, la violencia puede ser entendida como un instrumento, como un medio “para adquirir visibilidad”.
Es en este marco en que Martín Hopenhayn se refiere a la violencia en la protesta social. Lo hace, además, para abrir una “ventana de comprensión de la juventud chilena frente a la política y lo político en el actual momento histórico”. En breve, su texto propone una serie de consideraciones sobre la “relación (….) entre legitimación de la violencia, subjetividad juvenil y sus relaciones con lo político y la política”.
Luego, entonces, como sabrá ya nuestro lector, se abre el debate. En este caso, invitamos también a dialogar a 6 académicas(os) que no sólo reflexionan a partir del ensayo principal, sino que también contribuyen a expandir este debate en base a sus propias disciplinas y puntos de vista. El foro concluye con un texto final de Martín. Agradecemos sinceramente a Martín y a nuestros seis comentaristas por el debate generado sobre tema complejo y sensible. Creemos que así podremos compartir con nuestros lectores una o varias reflexiones que ayuden a comprender algunas de las claves del proceso histórico al cual asistimos. Esperamos, entonces, disfruten este esfuerzo por pensar en múltiples miradas y dimensiones un fenómeno complejo como este.