El plebiscito de 1988 en Chile, que luego permitió al país transitar de un régimen dictatorial a uno democrático, ha marcado la principal línea divisoria que ha separado a la izquierda y a la derecha en las recientes tres décadas. Más allá del apoyo a Pinochet en ese entonces, todas las grandes disputas políticas de los últimos 30 años se podrían entender bajo ese eje, y quizás por ello nos resulta útil para describir el panorama político de este período en Chile.

 

Pero, ¿qué tan válida resulta utilizar ese eje histórico para comprender el panorama político actual? Frente a los cambios y desafíos globales, o simplemente tomando en cuenta nuestro contexto nacional y la abrupta aparición de nuevos actores en el escenario político, cabe preguntarse si nuestra tradicional forma de distinguir coaliciones políticas seguirá vigente ¿Tiene sentido seguir hablando de izquierda y derecha como las hemos entendido hasta ahora? Y si lo tiene, ¿qué es lo que distinguiría a la derecha de la izquierda? ¿O –si se quiere– a izquierdas y derechas?

 

Preguntas de este tipo son de largo aliento y con esa intención planificamos este foro. Sin embargo, a pocos días de haberlo organizado, comenzó en nuestro país la mayor crisis social y política que hemos tenido desde el regreso a la democracia. Transcurridos ya cerca de ochenta días desde el inicio de la crisis, creemos que cobra mucho sentido poner estas preguntas sobre la mesa, para motivar una reflexión sobre sobre los criterios que diferencian o van a diferenciar en el futuro los proyectos políticos que se ofrezcan en el país.

 

Tanto el texto central como cuatro de los cinco comentarios de este foro fueron escritos antes del 18 de octubre. Sólo una reacción y la respuesta final tienen en cuenta el contexto y, sobre todo, las preguntas que se han abierto en los últimos días. ¿Cuánto ha afectado la crisis social a la forma en que se entiende la diferencia entre derecha e izquierda? ¿Qué dimensiones específicas se hace evidente incluir a dos meses del comienzo del estallido social? ¿De qué manera refuerza o exige reformular los énfasis del texto inicial de este foro?

 

Estas son sólo algunas de las preguntas con las que nos gustaría abrir esta discusión. Agradecemos especialmente a Cristóbal Bellolio (UAI) y cada uno de los comentaristas por la calidad del debate logrado. Esta vez publicaremos primero el ensayo principal de Cristóbal y, en unos días más las reacciones de Josefina Araos (IES), Rossana Castiglioni (UDP), Roberto Gargarella (UBA), Carlos Huneeus (U.Chile) y Luis Thielemann (UFT). Dejaremos para un último momento la reacción final de Cristóbal Bellolio. Nuevamente esperamos que, así como nosotros, ustedes también puedan disfrutar este foro.